Es evidente que los estudios científicos negativos
tienen mucho más valor en los medios de comunicación que los positivos. Después
de todo, ¿qué titular puede ser suficientemente sensacionalista para conseguir
nuevos lectores si habla de “otro estudio” que demuestra un beneficio para la
salud del corazón? Sin embargo, ¿qué pasa si los omega-3 se relacionan con un
mayor riesgo de cáncer de próstata? ¡Eso sí sería lo suficientemente atractivo
para captar a los lectores! Y, por supuesto, eso es exactamente lo que pasó
hace unos días. Casi todos los medios de comunicación importantes a nivel
mundial presentaron un estudio que correlaciona los niveles sanguíneos más
altos de cadena larga omega-3 a un aumento del riesgo de cáncer de próstata.
Pensemos en eso por un segundo. Si esto fuera
cierto, y estas estadísticas tuvieran razón, ¿no sería así que los países con
mayor consumo de omega-3 tendrían las mayores incidencias de cáncer de
próstata? Esto es de "sentido común", ¿no? Países como Japón e
Islandia tienen el mayor consumo de omega 3 y su población muestra mayores niveles
de omega-3 en sangre que el típico americano.
Los europeos occidentales no muestran una
incidencia de cáncer de próstata elevada. Al contrario, casi todos los países
con mayor incidencia de cáncer de próstata están teniendo una dieta baja en
omega-3.
Otro aspecto interesante del estudio es que
la diferencia en los niveles plasmáticos medios de los omega-3 entre los
pacientes que desarrollaron cáncer de próstata y los que no lo hicieron fue
sólo del 0,2 %. Esto es muy poco. Este 0,2 % de diferencia se puede haber
conseguido comiendo un solo bocadillo de atún unas horas antes del análisis de
sangre. Tenga en cuenta que la diferencia típica de los niveles plasmáticos
entre los estadounidenses y los japoneses es del 4%. Es decir, 20 veces más
grande. Si en el estudio se encontró que los niveles de omega-3 en plasma tienen
de promedio un 0,2 % más alto equivalen a un 23 % más de riesgo de cáncer de
próstata, entonces eso significaría que los japoneses deben tener 20 veces más
riesgo, o una incidencia de 460 % más alta en desarrollar cáncer de próstata
que las personas que viven en los Estados Unidos. En realidad, la tasa de incidencia
de cáncer de próstata en los Estados Unidos es más de cinco veces más alta que
en Japón.
También hay otro problema con el estudio. No
hay ninguna duda que los cánceres son enfermedades que tardan mucho tiempo en
manifestarse, por lo que los niveles plasmáticos de ácidos grasos omega-3 no son
un buen marcador. Los omega-3 ingeridos pueden
ser lavados del plasma en tan sólo 48 horas – entonces ¿cómo pueden decir que
altos niveles de omega-3 en el plasma podrían causar cáncer de próstata?, ya
que se refiere a una enfermedad a tan largo plazo. ¿Cómo saben los
investigadores del estudio si el grupo de personas con niveles altos de omega-3
en el plasma lo han tenido de manera constante desde muchos años antes del
estudio?
Según los datos del mismo estudio parece ser que
los fumadores y las personas que tomaban alcohol tenían menos riesgo de
desarrollar el cáncer de próstata. Si esto es verdad, significa que si quieres
revenir el cáncer de próstata solo tienes que dejar de tomar Omega-3 (o pescado
azul), y empezar a fumar y beber alcohol. ¿En serio?
En un estudio publicado en 2010, el cual
comparaba 31 estudios publicados en el American
Journal of Clinical Nutrition, tocando el tema de cáncer de próstata y
omega-3 se notó una bajada del riesgo de desarrollar cáncer de próstata hasta
un 67%, pero también vieron una subida del riesgo hasta un 77%. Además, hay
muchos estudios donde no se ha visto ningún efecto (ni positivo, ni negativo).
El mismo estudio mostraba una reducción de un 63% de mortalidad (y no la incidencia
del cáncer como he mencionado anteriormente) debido al cáncer de próstata en
las personas que tenían una dieta rica en pescado o tomaban Omega-3.
Por lo tanto, no te preocupes. Sigue comiendo
pescado a menudo y tus suplementos Omega3.